Es necesario entender que la vida está hecha de contrastes y que dentro de un mismo tejido están el negro y el blanco, la claridad y la oscuridad, lo bueno y lo malo; existen juntos y además de ser opuestos también son complementarios.
Así somos nosotros y también los demás, en nosotros cohabitan el blanco y el negro, nadie es tan bueno ni tan malo.
Si miramos cada situación que nos toca afrontar con este concepto, encontraremos que podemos utilizar esta clave para organizar nuestras ideas, tomar decisiones y emprender acciones más acertadas.
Al confrontar la situación que tenemos que resolver imaginando una situación completamente opuesta a la que se nos presenta, es decir su antítesis, veremos con mayor objetividad dónde estamos situados y que tipo de situación es la que nos toca vivir.
Si algo nos disgusta, intentemos entonces ver los dos aspectos de ese algo: el blanco y el negro, los opuestos y complementarios que seguro estarán presentes y entrelazados; es muy probable que así notemos que entre estos dos extremos existen varias tonalidades de grises.
No hay comentarios:
Publicar un comentario